En los últimos días, el Ministerio de Salud anunció que Chile habría alcanzado “su cifra más baja de casos nuevos de VIH en casi diez años”. Pero lejos de ser motivo de celebración, esto desata alertas en las organizaciones comunitarias, ya que los datos oficiales revelan una crisis paralela: casi 20 000 personas que saben que viven con VIH no están recibiendo tratamiento, un grave fallo en la cascada de atención*. Concentrarse únicamente en esa aparente baja de casos nuevos es una visión limitada.
Según ONUSIDA 2023-2024, en Chile hay alrededor de 91 000 personas que viven con VIH y se estima que cada año entre 4 800 y 5 400 nuevos casos, con un crecimiento acumulado del 35 % en la última década (ONUSIDA 2024). Durante 2022 se confirmaron 5 401 nuevos diagnósticos, y aproximadamente un tercio de estos se detectaron en etapas avanzadas, lo que impacta en la mortalidad: cada año mueren en el país más de 200 personas por sida*.
La única vía realista para alcanzar la meta de eliminación de la transmisión al 2030 es una estrategia robusta, transparente y basada en evidencia. En el caso de Chile, esto requiere poner en marcha un plan de rescate para estas 20 000 personas: identificarlas, vincularlas nuevamente al tratamiento y acompañarlas en su adherencia sostenida a la terapia antirretroviral, hasta alcanzar la supresión viral. Sin carga viral detectable, el VIH no se transmite, como lo evidencia la estrategia U=U (Indetectable = Intransmisible) (CDC).
A la vez, el país debe avanzar en prevención combinada. Esto implica implementar con decisión la Educación Sexual Integral (ESI) en todos los niveles educativos; garantizar la distribución continua y gratuita de preservativos y lubricantes en todo el territorio; ampliar el acceso a la profilaxis preexposición (PrEP), especialmente orientada a personas con prácticas de riesgo; y asegurar el diagnóstico oportuno a través de una oferta suficiente de pruebas.
Durante 2024, tanto el sistema público como las organizaciones de la sociedad civil han reportado dificultades de abastecimiento de tests de VIH, lo que naturalmente redunda en menos diagnósticos y más casos no detectados a tiempo. Si bien los autotests son un avance, no resuelven por sí solos las brechas de acceso, sobre todo en poblaciones más vulnerables o con barreras de información (Cooperativa.cl).
En este contexto, la AIDS Healthcare Foundation (AHF) juega un rol crucial. AHF lidera el programa de respuesta al VIH/sida más grande del mundo y está presente en Chile desde 2018 (AHF Chile). Desde su sede en Santiago brinda servicios gratuitos de pruebas de VIH, consejería, entrega de autotests y vinculación al tratamiento, con especial énfasis en poblaciones clave, migrantes y personas en situación de vulnerabilidad (Diario UChile; CNN Chile).
La respuesta efectiva exige avanzar de forma urgente en cuatro frentes concretos: una gran campaña de rescate para las personas fuera de tratamiento; fortalecimiento de la prevención integral, incluyendo ESI, profilaxis y preservativos; garantizar el diagnóstico oportuno con suficientes pruebas disponibles; y disponer de una estrategia nacional sólida, financiada y con metas claras hacia 2030. Sin estos elementos, cualquier descenso de casos nuevos es apenas un espejismo estadístico que esconde los vacíos reales de la respuesta.
Finalmente, toda persona interesada en conocer su estado serológico, puede solicitar su turno de forma gratuita a través de nuestra página web: https://ahfchile.cl/.
*Segunda reunión con organizaciones sociales con trabajo en VIH/SIDA e ITS. Subsecretaría de Salud Pública. Depto. Programa Nacional de Prevención y Control del VIH/SIDA e ITS. 20 de mayo del 2024.