En Chile, todavía se piensa que el condón es solo una herramienta de protección, algo que se “sacrifica” en nombre de la seguridad. Lo que casi nunca se dice es que, junto al lubricante, forman la mejor dupla no sólo para prevenir el VIH y otras ITS, sino también para aumentar el placer.
Más que una barrera: el condón como aliado
Usarlo en todas las prácticas sexuales –ya sea vaginales, anales u orales– sigue siendo la forma más efectiva de reducir riesgos. Pero además de proteger, puede ser un aliado para disfrutar con tranquilidad, sin miedo ni culpas.
El lubricante: ese detalle que cambia todo
Aunque muchas veces se mira como un accesorio, el lubricante puede hacer la diferencia. Reduce la fricción, evita que el condón se rompa y, sobre todo, permite que la experiencia sea más cómoda y placentera. La clave está en elegir el adecuado: los de agua o silicona son seguros y efectivos; en cambio, las cremas o aceites pueden dañar el látex y volver inútil la protección.
Placer y prevención, juntos
El gran mito es pensar que “cuidarse” es opuesto a “disfrutar”. La realidad es que cuando condón y lubricante se usan en conjunto, la experiencia sexual puede ser más fluida, más segura y más satisfactoria. La prevención deja de sentirse como una obligación para convertirse en parte del mismo juego erótico.
Acceso en Chile
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Porque el cuidado no quita placer: lo potencia.





